martes, 9 de octubre de 2007

un pregunta a lo anterior

A PROPOSITO DE ESCOPETAS
(Por Eugenio Baeza)


El pasado es una construcción que hacemos desde el presente. Quienes vencen hacen oficial es construcción. Entre el clan Pinochet y el clan concertación, mas todos los conformistas, reproductores y convencidos, los vencidos seremos siempre los mismos. Y día a día nos irán armando “la historia”. Perdón por la perogrullada.

Me parece un atino preguntarse por el “Qué hay que cambiar” así como se ha planteado, me parece la forma racional de abordar el tema, así se evitan, como me decía un amigo mientras reía, a los “entusiasmistas”, esos que participan y marchan, sabiendo poco o nada de porque lo están haciendo, gritan y hacen protestas para que las cosas cambien, sabiendo poco o nada sobre la necesidad de que algo cambie y que debe cambiar (ni hablar de lo inoficioso, o pero aún, lo contraproducente o nocivo que podría llegar a resultar todo ese “entusiasmismo”).

No es mi intención traer mas papeleo al asunto en cuestión, pero asaltan dudas.

Desentrañar lo que habría que cambiar es una ardua tarea, mas no inabordable. Supongamos que podemos develar algunas cosas.

Tenemos la información y el análisis, y sí, tal o cual cuestión deben cambiar.
¿Tenemos los medios para llevar a cavo la fase ejecutiva?.
Supongamos que si, tenemos un abanico de opciones, en cuanto a medios, para llevar a cavo aquellos cambios.

¿Cómo?
De que forma.
Para llevar a cavo estos cambios, estas nuevas ideas, se necesita poder, o mejor dicho, estos cambios vendrán producto de un nuevo poder, material, más poderoso que el que sucumbe (lógico), y que necesitará explicar y explicarse el cambio de cosas.
¿Y cambiarán las cosas? O será la perpetuación de lo mismo.
El Poder, y no los poderosos, dice “Todo cambia para que nada cambie”.
¿Los cambios se llevaran a cavo obstante y a pesar de quien pretenda resistirse? ¿Alguien padecerá aquellos cambios?.
Derrocar a la aristocracia implicó una burguesía más poderosa, más rica, derrocar a la plutocracia debiese implicar...

¿Cómo?
¿Revolución política?, que un grupo gane la “libertad” para todos, bajo unos específicos y determinados mecanismos totalitarios bajo la excusa de que “la burguesía se infiltrará nuevamente entre nosotros” y estropeará el proceso de cambios, como si tal grupito tuviese algo de homogéneo, mas aún, como si tal grupito no fuese parte o aspirante a burgués .
¿Revolución social?, como postulaban algunos anarquistas por ahí por 1900, abocarse a la tarea de convencer y difundir para que paulatinamente se produzca el cambio cultural. Claro que esos santos anarquistas no podían imaginar el asuntito del superdesarrollo de los medios de comunicación, lo que cambia drásticamente las cosas. Todo el costo en recursos, organización y tiempo que tomaría convencer a uno, por ejemplo de la necesidad de ciertos cambios previamente identificados y analizados, convencer a uno (y a medias, porqué con uno siempre se ponen escépticos estos guevones), eso en comparación con las hordas de sujetos que resultan hipnotizados por los productos más irracionales de nuestra sociedad expuestos a través de una vitrina idiotizante, lucrativa, la vitrina que convence a cientos de miles de la necesidad de mantener el status quo, que coopta hasta la crítica y la hace funcional.

¿Cómo?,
Como romper el circulo de la eterna dominación del hombre por el hombre,
Como cambiar algo sin repetir la misma lógica, como dar el paso a un lado de este eterno retorno, sin renunciar a la crítica, sin anularse.
No pretendo, a estas alturas del partido, postular formulas consensuales, pero la conflictualidad no tiene porque desmoronar, no tiene porque ser genocida, todo lo contrario.
¿Entonces, “Como”, es parte del “Qué hay que cambiar”?

4 comentarios:

azeta dijo...

Eugenio,

qué y cómo es lo mismo pero en distintos grados. En un momento intenté descifrar el ahora para poder pensar algún día en un qué. Hoy pienso en un qué y el gusto amargo de la carencia del cómo sigue vívido. Está claro que en el cómo la carencia de capital humano se hace patente mucho más que en aquello en que una lumbrera o dos bastan; está claro que no tiene que ver con las intenciones sino que en la comprensión de la ineludible unidad entre el qué y el cómo. Pero debes reconocer que la novedad del qué hace reevaluar el cómo. No propongo la tarea de los falsos revolucionarios maximalistas que pretenden cambiarlo todo para no cambiar nada sino que cambiar aquello que se debe cambiar para que sigamos siendo los mismos en mundo diferente (No soy de los que odia a los humanos y quiere que cambien lo suficiente para que dejen de serlo) Me amo a mi y a mis semejantes, a los que fueron y a los que serán. La comprensión cabal de lo señalado siempre será patrimonio de una minoría y los falsos demócratas sólo intentan ser los proxenetas de la voluntad popular intentando suplir su autoridad fallida. La potestad es para aquellos que no pueden acceder a la autoritas, para los pobres diablos arribistas que son ególatras sin cimientos que los sostengan. Es inevitable esa barsedumbre y por lo tanto mi propuesta intenta sólo disminuir la asimetría entre poderosos y sujetos de manera de que el Derecho - sistema de control del poder - sea posible y que las ambiciones desmedidas sean reguladas por la propia competencia. El capitalismo es la acumulación ilimitada de poder y es eso lo que lo hace intolerable, no el mercado: No la mercancía, ni la apropiación de la plusvalía en sí misma; No el derecho de propiedad ni la criminalización; no la actividad dirigida ni la autogestionada. Es sólo que las conclusiones de los iluminados dieciochescos jamás han sido implementadas y lo que no ha podido reconocer la mierda de filosofía idealista y peor, la filosofía idealísta que se llama materialista, es que existen condiciones materiales que hacen posible el Derecho, los DDHH, el mercado dentro del Derecho, el Estado de Derecho (y no de Derecha), la criminalización dentro del Derecho y en respeto a los DDHH. La crítica no nos debe llevar a botar el agua de la bañera junto al bebé que se baña; nos debe llevar a pensar en el cambio supra lampedusesco es decir, en el cambio en su sentido natural y obvio y no en el eufemistico,

mis afectuosos saludos,

ariel zúñiga.

SiNombre dijo...

no fue mi alegre ni joven...quizás fue justamente la falta de intuición e imaginación...en fin...del que nunca fue revolucionario, del que nunca tomó riesgos, del que se sentó a llorar su tragedia sin darse cuenta de había algo de real...de esos esperabas algo? y era yo la ingenua?...y esa tentación absurda de separa las cosas...no existe un qué separado del cómo...sino es pura metafísica. Yo continuo...y a veces me emputese tanto lamento, tantas culpas, tanta desilución, tanta rabia...así pasaran frente a tus ojos, sin que siquiera lo notes , esos que como yo continuan...

SiNombre dijo...

no fue mi alegre ni joven...quizás fue justamente la falta de intuición e imaginación...en fin...del que nunca fue revolucionario, del que nunca tomó riesgos, del que se sentó a llorar su tragedia sin darse cuenta de había algo de real...de esos esperabas algo? y era yo la ingenua?...y esa tentación absurda de separa las cosas...no existe un qué separado del cómo...sino es pura metafísica. Yo continuo...y a veces me emputese tanto lamento, tantas culpas, tanta desilución, tanta rabia...así pasaran frente a tus ojos, sin que siquiera lo notes , esos que como yo continuan...

azeta dijo...

"El triunfo tiene varios padrés, sólo la derrota es huérfana"
saludos
ariel zúñiga